Un encuentro con sentir VENEZOLANO

Hoy, no compartiré con ustedes mi usual opinión sobre deportes sino algo que viví hace algunos días y que de verdad me hizo pensar en lo que somos los venezolanos. El fin de semana tuve la oportunidad de desayunar empanadas de cazón y almorzar un rico plato navideño, acompañado con una banda sonora que fue desde el joropo hasta las gaitas. Fue un día especial, pero no por la comida ni la música, sino por la gente. Esa calidez venezolana que me hizo sentir como si estuviera en el patio de la casa de un amigo, allá en mi tierra natal.

Quedé asombrada y a la vez esperanzada de ver más de un centenar de emprendedores venezolanos con negocios de todo tipo. Estaban en la primera feria navideña organizada por la Asociación de Venezolanos en Colombia (Asocvencol) compartiendo, vendiendo, dándose a conocer… luchando en tierras extranjeras.  

Alguien comentó que le daba tristeza ver tanta gente invirtiendo en otro país que no fuera Venezuela, pero la verdad es que somos afortunados pese a las desgracias que nos aquejan como sociedad. Sabemos que no todos los que emigran tienen posibilidades de dar rienda suelta a un emprendimiento, pero son muchísimos los venezolanos que han podido hacerlo, con grandísimo trabajo, eso sí, pero lo lograron. Claro que queremos ver esos emprendedores de vuelta a la tierra donde se formaron, pero por ahora sólo pueden aportar desde sus esquinas de combate.

Esta semana, tan decisiva para el rumbo que tomará nuestro país, todos debemos aportar, desde el punto geográfico más recóndito en el que se encuentre un venezolano hasta los que están padeciendo las desidias de un gobierno que no mira a los suyos. En esa feria se juntaron unos seis mil compatriotas que sólo querían celebrar la idiosincrasia de lo que somos y de lo que una vez fuimos.

                              

Más que arrepentirnos, entristecernos o buscar culpables, seamos componentes de cambio. No dejemos que otros decidan nuestro futuro. Enfoquémonos en la reconstrucción del país, desde lo que siempre hemos sido, ¡VENEZOLANOS!