Campeones de arena

Lance Armstrong ha demostrado una vez más lo que muchos aseguran: cada vez hay menos transparencia en el deporte. Las recientes confesiones del ciclista han dado otro golpe a una disciplina que ha tenido que lidiar con las constantes acusaciones de dopaje de quienes la practican.

Ya cayó el “hombre milagroso” y la pregunta que sigue no puede ser otra ¿cuántos más estuvieron detrás de todo este espectáculo maquiavélicamente ejecutado? Estoy segura que más temprano que tarde saldrán a la luz los nombres de aquellos que sentados en las altas esferas del ciclismo internacional decidían quienes podían correr o no en los eventos; pero mientras eso no suceda Armstrong tendrá que repetir y repetir ese “lo siento” que le dijo a Oprah Winfrey… y esperar que los que una vez lo admiraron se lo crean.

No cabe duda que el tema ciclismo ha aportado muchas de las imborrables manchas al deporte amateur. Aquel caso Festina del año 1998 cuando el masajista del equipo con el mismo nombre fue interceptado en la frontera de Bélgica con Francia tratando de introducir más de un centenar de hormonas de crecimiento, testosterona y EPO, llevó a reforzar las pruebas antidopaje en el tour de Francia, pero como dijo el propio Lance “doparse en aquellos años (finales de los 90) era como poner aire a nuestras ruedas… todo el mundo lo hacía, era parte del trabajo”. Y vaya que  fue un trabajo perfectamente ejecutado.

Hoy se desvanece otra mentira pero los super hombres siguen apareciendo. Usain Bolt, el ser humano más veloz sobre la tierra es uno de ellos, y a quien rogamos que diez años después no nos enteremos de algo como esto. En disciplinas más antiguas como el fútbol la corrupción también ha carcomido sus cimientos… ya no se sabe cuando estamos en presencia de juegos amañados o no y si no que lo digan los de la liga italiana, asiática o rusa.

En fin, mientras el dinero, la ambición y el poder sean el lema para salir siempre airosos deportivamente hablando, casos lamentables como el de Armstrong seguirán siendo noticia de primera plana… recuerden que para todos ellos la idea era siempre ganar, pero al final no son más que campeones de arena.