Los Campeones Panamericanos

En estos tiempos mucho se habla de ser potencia. Potencia energética, turística y deportiva, por ejemplo. En el turismo nos falta mucho para ser el destino favorito de extranjeros y ni hablar en materia energética. Pese a contados logros, en el ámbito deportivo tampoco se cuenta una historia diferente. La ausencia en el reciente Campeonato Sudamericano de Voleibol por parte de la selección nacional dejó esto muy claro.

Los tropiezos dirigenciales de la Federación Venezolana de Voleibol siguen sumando graves errores que terminan en el estancamiento de este deporte. No existen excusas válidas para explicar la no participación del equipo nacional en un torneo tan importante, más aún cuando la nueva camada ha tenido pocos campeonatos de fogueo. Si vemos hacia atrás, el panorama se hace más negro cuando recordamos que esa selección fue campeona de los Panamericanos de 2003 con jugadores de alto nivel, los mismos que clasificaron al país a unos Juegos Olímpicos (Beijing 2008).

La desorganización e improvisación han hecho mucho daño, sobre todo a nuestros deportistas, quienes han tenido que denunciar públicamente las fallas del voleibol y muchos deportes en el país. Profesionales y amateurs han mostrado el descontento que existe hacia un ente que ha tenido que lidiar con la renuncia masiva de jugadores de gran calidad como sucedió en 2005 –bajo la misma dirección de Judith Rodríguez- y de siete de sus directivos en 2012. Incluso con una federación acéfala no hubo cambios de raíz en su dirección, ¿es así como nos convertiremos en potencia?

Es preocupante cuando vemos a deportistas que regresan al país y no tienen transporte para llegar a sus hogares, que no se alimentan bien o que le quitan parte de su sueldo, como expresó via twitter Jesús Villafañe. O que el máximo atleta venezolano del momento como es Rubén Limardo, medallista de oro en Londres 2012, deba hacer púbica la falta de divisas para que el Ministerio del Deporte acuda a depositarle, ¿es así como nos convertiremos en potencia?

Seremos potencia deportiva cuando nuestros atletas estén concentrados en su preparación sin que deban preocuparse por cómo van a pagar el alojamiento, un pasaje aéreo o la comida. Qué bonito sería tener 100 Limardos, pero incluso él –medalla en mano- ha tenido que pelear por sus churupos.

Quizás con los $3.5 millones de billetes verdes que PDVSA pagó por el patrocinio del equipo de fútbol Emelec de Ecuador (2012) -en el que, por cierto, no juega ningún venezolano- muchas necesidades hubieran sido cubiertas. Tendríamos a los atletas haciendo fogueos alrededor del mundo y sí podríamos ser una potencia.

Hay que meter la lupa en todas las organizaciones deportivas, empezando por las federaciones que algunas ya han sido intervenidas. Quizás ahora que una atleta es ministra del deporte podremos ver algunos frutos, mientras tanto quisiera cerrar con unas palabras de Harry Gómez, el mayor exponente de nuestro voleibol a nivel internacional, “yo solo espero que esto mejore y que podamos regresar a nuestro deporte al sitio que se merece”.


Final Juegos Panamericanos Santo Domingo 2003: http://www.youtube.com/watch?v=ndKzdfQ3zVs 

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