Copa América 2015: Travesía a la venezolana

A casi un mes de que se dé el pitazo inicial de la Copa América 2015, los colombianos, chilenos, brasileros y demás nacionales latinoamericanos empiezan a impregnarse con la fiebre de fútbol. El torneo más antiguo del mundo está a la vuelta de la esquina y todos queremos estar allí, pero a nosotros los venezolanos nos aplica fatídicamente aquel refrán que reza, del dicho al hecho hay mucho trecho. Una cosa es querer ir y otra diferente es poder hacerlo. Aquellos que compraron pasajes hace un año tienen permitido soñar con Chile, pero a los que se enfiebraron hace un mes, el panorama es sombrío, por decir lo menos. 

No pienso meterme en el turbio tema del control cambiario venezolano, ni mucho menos hablar de lo injusto, corrupto y fracasado sistema de obtención de divisas, simplemente trataré de reflejar la odisea de los que quieran acompañar al sueño Vinotinto hasta suelo chileno.

Lo primero que nos cachetea sin piedad y nos baja de la nube es que no hay pasajes que salgan de Caracas hasta Santiago, al menos no para Junio y Julio 2015. Y no es que queda un asiento disponible o que la fecha que elegiste no tiene cupo, no. Es que no existen vuelos. Los que posean tarjetas de créditos emitidas en el exterior no tendrán problemas de conseguir vuelos porque los pagarán en dólares, pero no se emocionen, de igual forma no podrán salir desde Caracas. El plan A, salir de Caracas y aterrizar en Santiago se va por la borda. Toca poner en marcha el plan B.

Obviamente, la comodidad de un vuelo directo ya es una fantasía. Muchos han entendido la magnitud de la proeza de Simón Bolívar ahora que les ha tocado pensar seriamente en transitar los parajes que cabalgó el prócer d ela patria para poder salir del país más feliz del mundo. A los que por razones laborales, por ejemplo, les toca emprender esta cruzada, inician un viaje desde sus ciudades de origen de varios autobuses, varios aviones... y muchos días. Aquí les dejo algunas pistas de cómo hacerlo.

Pasando trabajo para hacer el trabajo
Los periodistas que buscan estar en algunas de las 9 sedes de la Copa América ya saben que la única opción viable es salir desde Bogotá. La capital colombiana ahora se ha convertido en el Maiquetía venezolano. Ya no se planifica un viaje desde el aeropuerto de Vargas sino desde el de Cundinamarca. 

Avianca, una de las aerolíneas de la hermana república que sirve esta ruta desde hace muchos años ofrece el preciado boleto en 3.507.000 pesos colombianos (COP) o lo que es igual a 1,466.14 dólares ($). Casi lo mismo que pagarán por el boleto Bogotá-Santiago por un valor de 3.763.320 COP o $1,573.37, pero ¿cómo llegar hasta Bogotá? dependerá de qué parte de Venezuela salga.


Los periodistas andinos tendrían ventaja pues conocen la zona y están casi a pata e' mingo, pero por ejemplo, los colegas de Ciudad Guayana, la tierra que me vio nacer, deberán cruzar el país entero en un viaje que con automóvil propio se podría extender hasta por 24 horas y que en bus podría costar hasta  403 bolívares por tramo + 24 hrs, económico si tomamos en cuenta la distancia. Una vez en San Cristóbal deben trasladarse hasta San Antonio del Táchira, la población más cercana a la frontera colombo-venezolana.

En San Antonio, con el pasaporte sellado, los viajeros deben pagar un taxi que los lleve hasta Cúcuta, Colombia, que según algunas fuentes cobran unos $17 por la carrerita de trece minutos, amén de la zozobra y sensación de caos propios de una frontera, en este caso, la más transitada de Sudamérica. 

Transitando por Colombia
Una vez en Cúcuta no tendrán problema en comprar un boleto hasta Bogotá que les costaría unos $67. A los que quieren seguir por tierra les costará $29. Hasta ahora, si iniciaron el viaje con algunos dólares ahorrados, ya seguramente gastaron la mitad tan sólo en taxis, buses y aviones para llegar al aeropuerto de El Dorado. Quizás ya están cortos de dinero y nos le queda otra que seguir por tierra. Diversas compañías ofertan boletos de bus que salen hacia Lima por al menos $200, y en la capital peruana pueden tomar otro hasta Santiago por $260, un total de $460 ida y vuelta.  


Corren con más suerte aquellos que viven fuera del país, por razones obvias. Venezolanos en Brasil, Perú y Chile se podrían dar el lujo -suponiendo que no cuentan con SIMADI ni CADIVI- de viajar hasta Chile y comprar alguna entrada para ver uno de los tres juegos de Venezuela en la fase de grupos que inicia el 14 de junio. Desiree, una venezolana en Chile, pagó un total de $131 por cuatro entradas para ver a la Vinotinto contra Colombia y Brasil. Esto, sin incluir gastos de comida, alojamiento o traslado interno entre ciudades y en cada localidad. 

Más de un venezolano que ya está en planes de emprender esta travesía que si bien es ardua, tendrá bonitas recompensas. Conocerán más países, culturas, gente; comparán realidades sudamericanas -tan distantes a la nuestra- pero sobre todo regresarán ávidos de un cambio para nuestra golpeada Venezuela. 


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