Esquivel y el ejemplo de la FIFA

Mientras el renombrado FIFA gate sigue manchando el fútbol, en Venezuela, se digiere con mucha cautela la aprehensión en Suiza del mandamás del fútbol venezolano, Rafael Esquivel.  La imagen del deporte que genera más pasiones en el mundo será muy difícil de reconstruir tras los diversos casos de corrupción que siguen conociéndose desde antes de la dimisión de Joseph Blatter, que iniciaron con la divulgación por medios ingleses de la adquisición a punta de billete de los mundiales de Qatar y Rusia, hasta la detención de varios federativos.

El destape de esta maloliente olla de corrupción me recuerda los escritos del periodista Declan Hill. Su libro Juego sucio: fútbol y crimen organizado le valieron elogios y amenazas de diferentes organismos, precisamente por publicar amaños en mundiales, relaciones de narcotraficantes con federativos y compra de jugadores, entre muchos otros casos. Lo que quiere decir que no estamos frente a algo nuevo. Su vida corrió peligro y tuvo que vivir un tiempo escondido, dejando instrucciones a su esposa de que revelara lo que escribió en caso de que algo le ocurriera. Suena a película de mafiosos, pero esa es la otra cara de fútbol. Donde hay dinero, hay poder, y el balompié es uno de los negocios más lucrativos del mundo. El deporte, en sí, lo es.

En Venezuela, los atrevidos que se arriesgaban a denunciar algo en contra de la FVF corrían una suerte parecida. No digo que los silenciaran, pero sí los vetaban.

Esa parece ser la forma más rápida de deshacerse de los enemigos en el fútbol, al menos en la FVF de Esquivel. Fue así, en gran parte, como se  mantuvo por 28 años en lo más alto de la federación. El poder del oriundo de Tenerife, España, se extendía por todo el territorio nacional y astutamente sobresalía del ámbito futbolero, ejemplo de ello son los negocios que tiene en la isla de Margarita, razón por la cual el Centro de Alto Rendimiento se erigió en la perla del Caribe.

En mis inicios como periodista, estuve cerca de uno que otro dirigente de fútbol regional y fui testigo cómo desde el seno de la FVF, por órdenes de Esquivel, se discriminaban las asociaciones regionales que se atrevían a opinar en contra de las acciones del federativo.

Cuando en 2008 algunos ex jugadores, entre ellos Nelson Carrero, intentaban detener la dictadura del ahora ex presidente chocaron contra el poderío que representaba Esquivel. Asociaciones de fútbol regionales fueron compradas por el empresario para obtener votos –tal como hiciera Qatar para hacerse con el Mundial de 2022- y aquellas que no se vendieron, como la del estado Bolívar, tuvieron que sufrir los embates de una venganza personal que afectaba a las categorías menores del fútbol regional, todo por capricho del amo y señor del fútbol venezolano.

Fuentes cercanas me dijeron en su momento que tuvieron que llegar de improvisto a reuniones a los que no se le invitaba por ir en contra, por querer un mejor futuro para el fútbol venezolano y por intentar cambiar el modus operandi de Esquivel.


Ahora que la FIFA está pendiente de limpiar su propia mugre, nosotros como periodistas y sobre todo como venezolanos, debemos exigir un cambio de rumbo si en realidad queremos que el fútbol criollo progrese, crezca y sea realmente comparable con la industria beisbolista del país.   

Foto: Cortesía OG

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