La lucha 'invisible'


¡Bienvenidos!

Hoy es un día muy especial para mí, pues comienzo un nuevo proyecto en el que todos ustedes me acompañarán por esto que he catalogado como una ‘osadía personal y profesional’ como lo es escribir una columna. Espero que a través de estas cortas líneas pueda aportarles algo más que aquellas lecturas que religiosamente hacen de las noticias deportivas.

Así, sin más, les dejo aquí una entrevista que realice a mediados de este año y que he decidido que sea el primer tema de mi columna Entretiempo. Dedicaré esta cuartilla a un deportista con el que tuve el honor de estudiar en la UCAB-Caracas y que he tenido el placer de ver como ha luchado por todos y cada uno de los títulos que ha levantado. Recientemente se alzó con los máximos honores en el Mundial de París y además de ser excelente deportista es una gran persona: Antonio Díaz.
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Siempre es grato hablar de las proezas de Antonio... y, cómo no, si siempre son buenas nuevas. Él es uno de los venezolanos que más alegrías le ha dado al país. Es referente del karate en América, especialmente del kata, pues lo ha perfeccionado por casi tres décadas. Su palmarés de victorias incluye el oro por nueve veces en Juegos Panamericanos, así como el campeonato mundial de 2010 en el cual rompió con la hegemonía europea y asiática en la historia de ese evento, convirtiéndose en el primer americano en lograrlo. Creo que para todos los que seguimos el olimpismo venezolano se trata de un gran bajón deportivo que el karate no haya sido incluido en los juegos de Río 2016 porque, de lo contrario, estaríamos contando de antemano con una presea dorada que con seguridad sería obtenida por los precisos movimientos de Antonio Diaz.  

En un país en donde solo importa la pelotica e’goma y el fútbol ¿Cómo es que te interesaste por las artes marciales?
Mis padres siempre han practicado karate y desde muy pequeño veía a mi padre, lo imitaba, y poco a poco me fue gustando más y más. Al principio era un juego, luego un hobbie y a los 13 años fue cuando realmente pensé que podía convertirme en un profesional de esto. Empecé a entrenar más seriamente y tuve mi primer entrenador japonés. Ahora, veinte años después sigo viviendo ‘para’ el karate, aunque no ‘del’ karate (risas).

Te han considerado el guerrero del contrincante invisible ¿Por qué el kata?
Al principio, practiqué varios estilos, pero luego fui descubriendo diferentes destrezas que me indicaban que el kata era el estilo en el que más destacaba y así ha sido. Aunque mucha gente no lo crea, pelear o combatir sin ningún contrincante visible resulta a veces más difícil que teniendo un oponente al frente. Tienes que saber manejar los golpes, energía… todo. El kata es una expresión artística donde puedes dar tu toque personal”

Te has destacado en esta disciplina y prueba de ello son todos los triunfos a los cuales se les suma el oro en el Open de París 2012. ¿Cómo definirías tu actitud ante los retos?
Creo que he logrado todo lo que me he propuesto porque soy una persona perseverante, aunque debo admitir también que soy obstinado y entreno mucho para cada día ser mejor. Sí, es verdad, que cuando eres deportista de élite la presión de tu entrenador, familia, medios de comunicación e instituciones que te apoyan es mayor, pero siempre lo he visto como algo positivo, esa presión es la que me hace mejorar.

¿Qué sentiste cuando el COI desechó la candidatura del karate a los juegos de Río 2016?
Siendo totalmente sincero, me sentí decepcionado. Creo que el Comité Olímpico Internacional debe recapacitar e incluir al karate en las Olimpíadas. Por supuesto que como atleta estoy bastante desilusionado porque todavía sueño con asistir a unos Juegos Olímpicos. Para mí sería la mayor de las satisfacciones, el más grande reto y ante todo un honor el poder representar a mi país y luchar por la medalla dorada. 

¿Qué opinión te merecen los deportistas que buscan refugio en el dopaje para mejorar su rendimiento?
El tema del dopaje es bien delicado. Creo que hay mejores opciones que acudir a diferentes tipos de drogas para mejorar el rendimiento deportivo. Siempre he considerado que no hay mejor forma de alcanzar los triunfos en el deporte que superando tus marcas, poniéndote metas, y para eso hay que entrenar y entrenar. No hay cabida para otras cosas.

¿El Antonio familiar tiene tanto ajetreo como el Antonio deportista?
Todos los días le doy gracias a Dios por las personas que me puso en el camino, por eso es que siempre trato de dedicarle todo mi tiempo libre a ellos. Mis padres viajan conmigo a muchos torneos, sobre todo mi madre, y cuando estoy en Venezuela dedico todo mi tiempo libre a mis amistades y mi novia Magaly. Ellos son los que me ayudan a sobrellevar mi carrera deportiva. 

A pesar de los viajes y las competencias lograste graduarte de Comunicador Social ¿Cómo lo hiciste?
Allí hubo de todo un poco (risas). Me organizaba bastante y los profesores me ayudaron mucho porque sabían que yo tenia que viajar constantemente, así que fueron condescendientes conmigo, también una novia que tuve me ayudaba a hacer los trabajos (risas). Pero la verdad es que en los viajes siempre dedicaba tiempo para estudiar y hacer las actividades de la universidad.
 
Has estado más en el banquillo del entrevistado que del entrevistador. Si la vida no te hubiera deparado tantos triunfos en lo deportivo, ¿qué clase de periodista crees que serías?
Sería un periodista deportivo, no cabe duda. Y si hubiera podido dedicarme a una especialidad, obviamente sería la del karate. Ahora tengo la oportunidad de ejercer mi carrera como Dios manda a través de la conducción de mi programa de televisión ‘Karate para todos’, con el que pienso dar a conocer la disciplina a lo largo y ancho de toda Venezuela.

¿Qué te ha enseñado el karate?
De todo, pero lo principal sería ser una persona disciplinada y responsable.

¿Cómo crees que sería tu vida sin el kata?
Vacía

 

 

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